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Anexión y Restauración Dominicana
La anexión y restauración dominicana se refiere a dos series de hechos derivados de las diferencias políticas durante la Primera República. La economía del empobrecido país decayó al punto de que los gobernantes ofreciesen territorio a potencias extranjeras.

Antecedentes de la anexión y restauración dominicana
Durante el período de 1856 a 1861, la República Dominicana experimentó un periodo de inestabilidad política y conflictos internos que llevaron a una serie de gobiernos efímeros y enfrentamientos armados.
En 1856, el presidente Buenaventura Báez fue derrocado por un golpe de Estado liderado por Pedro Santana, quien había sido presidente en el pasado y tenía un gran poder militar y político. Santana estableció una nueva Constitución y asumió el poder como presidente en 1858.
Sin embargo, la economía del país estaba en crisis y las políticas de Santana no lograron estabilizar la situación. En 1861, en un intento de obtener ayuda económica y política de España, Santana firmó el Tratado de anexión a España, que convirtió a la República Dominicana en una colonia española.
Causas de la anexión y restauración dominicana a España y posterior restauración de la República
El caudillo Pedro Santana fue el personaje más influyente durante la primera república, sus decisiones influyeron en el curso de la historia dominicana. El enfrentamiento político entre Santana y Báez afectó la estabilidad social y económica del país.
La división de entre quienes querían desarrollar un país independiente y quienes querían la cobija de una potencia, resultó en el logro del objetivo de los segundos.
Santana y su corte terminaron declarando la reinstauración del colonialismo y la abolición de la República Dominicana el 18 de marzo de 1861. Con ese anuncio se declaró reincorporada la Capitanía General de Santo Domingo como provincia española.
Con la declaración de Pedro Santana el 18 de marzo en el Palacio de Justicia de Santo Domingo, él se convierte en Gobernador General de Santo Domingo.
La reina Isabel II de Borbón, al frente del trono de España, dictó en Aranjuez el 19 de mayo de 1861 el Real Decreto que reincorporó a la República Dominicana como la otrora Capitanía General bajo el Virreinato de Nueva España.
El Real Decreto de la reina Isabell II varió el estatus de Gobernación General al de la antigua Capitanía General de Santo Domingo.
Santana ejerció como Capitán General hasta el 20 de julio de 1862 cuando la corona aceptó su renuncia por alegato de quebrantos de salud. Santana y su séquito se decepcionaron de la corona isabelina debido a que las decisiones eran tomadas directamente desde el trono, limitando el poder de la capitanía general.
Reacción a la anexión y restauración dominicana y guerra de la restauración
Moca fue la ciudad que primero reaccionó ante las nuevas reglamentaciones impuestas por la corona española en la reinstaurada colonia. El 2 de mayo de 1861 un militar retirado de la guerra Domínico-Haitiana, el coronel José Contreras, organizó la fallida toma del cuartel de esa ciudad.
Esta revuelta incluyó la toma del cuartel de Moca por parte del Coronel retirado José Contreras, como respuesta a la impopularidad del Tratado de Anexión, así como al deseo de la población de mantener la independencia de la República Dominicana.
El coronel José Contreras fue fusilado junto a varios de sus compañeros de gesta el 19 de mayo de 1861.
El Fusilamiento del General Francisco Sánchez Del Rosario
Después de que Pedro Santana firmara el Tratado de anexión a España en 1861, muchos dominicanos se opusieron y comenzaron a organizarse en una rebelión liderada por Sánchez. Sánchez luchó por la independencia de la República Dominicana y se opuso a la anexión a España, y se convirtió en una figura importante en la lucha por la libertad del país.
Sin embargo, las fuerzas españolas lograron capturar a Sánchez y lo acusaron de traición. Fue sometido a un juicio sumario y condenado a muerte. El 4 de julio de 1861, Sánchez fue fusilado públicamente en Santo Domingo, la capital de la República Dominicana.
El fusilamiento de Sánchez devino en un símbolo de resistencia dominicana contra la anexión. Muchos líderes y ciudadanos del país condenaron el hecho. La ejecución de Sánchez se convirtió en un momento clave en la historia de la República Dominicana y en un símbolo de la lucha por la independencia y la libertad. La anexión y restauración dominicana como se cuenta, tiene el final de varios héroes nacionales, dos de los fundadores de la república incluidos.
Capitanía General de Felipe Rivero y Lemoine
El Teniente General José Felipe Rivero y Lemoine reemplazó a Santana y gobernó hasta el 24 de septiembre de 1863.
Durante la capitanía de Rivero se estimuló la emisión de papel moneda, lo que afectó la economía del campesinado y aumentó el descontento con las impopulares decisiones de la corona peninsular.
Rivero y el clero encabezado por el arzobispo don Bienvenido Monzón intentaron regular la actividad religiosa y social.
Monzón pretendía moralizar las figuras dominantes en la palestra pública de Santo Domingo, consiguiendo que se nombrase a solo españoles y no dominicanos en los altos puestos ejecutivos y clericales de la Iglesia Católica.
El arzobispo Monzón condenaba la masonería y grupos semejantes por lo que decidió promover su prohibición.
También se distribuyeron cuestionarios por todas las parroquias con una nota con fecha 1 de febrero de 1863, para determinar el estatus de la composición familiar de la colonia. El cuestionario buscaba regularizar los matrimonios en la colonia.
Las prohibiciones no cesaban puesto que también buscaban restringir la práctica de oficios religiosos diferentes al católico.
El Gobierno Superior Civil concretó los efectos de las prohibiciones propuestas por Monzón en la Real Orden del 22 de febrero de 1863, cuando expresamente se prohibía el ejercicio de la religión protestante.
Los ataques a los masones y a los protestantes junto al descalabro económico del campesinado dominicano fueron los catalizadores de la Guerra de la Restauración.
Capitanía General de Carlos de Vargas Machuca y Cerveto
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Capitanía General de José de La Gándara y Navarro
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El Grito de Capotillo
El Grito de Capotillo fue un llamado a la lucha por la independencia de la República Dominicana, ocurrido el 16 de agosto de 1863. El anuncio lo hizo el general José Cabrera y su líder fue Santiago Rodríguez, quienes junto a otros patriotas dominicanos, entre ellos Benito Monción y José Antonio Salcedo, avanzaron hacia la ciudad de Santiago de los Caballeros.
Este hecho histórico fue el preludio de una larga y cruenta lucha por la independencia que duró varios años y que finalmente culminó en 1865, con la proclamación de la Restauración de la República Dominicana.
El 16 de agosto de cada año se conmemora el Grito de Capotillo, celebrado con actos cívicos y patrióticos en todo el país.
Batalla de Santiago
La Batalla de Santiago fue un importante enfrentamiento que tuvo lugar el 6 de septiembre de 1863 durante la Guerra de la Restauración Dominicana. El líder de esta batalla fue el general Gaspar Polanco, quien enfrentó a las fuerzas españolas que dominaban la ciudad de Santiago de los Caballeros.
Las tropas españolas habían establecido una fuerte posición defensiva en la ciudad, pero el general Polanco lideró un ataque sorpresa que logró romper las líneas defensivas españolas. Las tropas dominicanas avanzaron rápidamente hacia el centro de la ciudad, obligando a los españoles a retirarse.
La Batalla de Santiago fue un importante triunfo para los patriotas dominicanos, ya que les permitió recuperar el control del Cibao. Además, la victoria fue un importante impulso para la lucha de los patriotas dominicanos por la independencia de su país.
La Batalla de Santiago se ha convertido en un importante símbolo de la lucha por la independencia y la soberanía de la República Dominicana. Actualmente, la fecha del 16 de agosto se celebra en el país como el Día de la Restauración, en honor a la lucha de los patriotas dominicanos por la independencia.
Después de la guerra de la Restauración, la República Dominicana entra en el periodo de la Segunda República, con la transferencia de la Capital de la República de Santiago a Santo Domingo y el vaivén de la situación democrática del país, hasta que los Estados Unidos invadió en 1916.
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